Desde esta perspectiva, realizar el entrenamiento con pesas primero es lo ideal porque permite llegar a la parte de la quema de grasa mucho más rápido que si hicieras cardio al principio. Como triatletas, ya sea de corta, media o larga distancia, tenemos que aprender a trabajar en fatiga, y hacerlo tras la sesión aeróbica de las pesas hará que mejoremos nuestro estado de forma mejor.
Hay que tener en cuenta que esta técnica no es fácil en absoluto: significa trabajar duro el entrenamiento de gimnasio, que nos va a dejar vacíos, y posteriormente rematar con una sesión de cardio. A efectos prácticos, sería como un ejercicio de transición, pero con intensidades altas.t
Hay que tener en cuenta también el momento de la temporada. Por ejemplo, en los primeros meses, en los que estamos buscando acondicionamiento previo para el trabajo específico, puede que cambiemos el orden sin que interfiera en la calidad de la sesión. La pretemporada es época de trabajar a volúmenes bajos –a no ser que hayamos optado por una preparación inversa-, en la que no vamos a tirar de las reservas principales. En este caso, hacer el cardio primero y después las pesas no tendría incidencia negativa en el resultado.
De hecho, también puede ser la opción a tener en cuenta si un mismo día queremos encajar un entrenamiento clave y una sesión de fuerza. Si nuestro entrenamiento de ese día en cuestión -ya sea de natación, ciclismo o carrera- es una pieza importante de nuestra planificación, lo ideal es llevar a cabo esta sesión antes del entrenamiento de fuerza, para evitar esa posible interferencia en el rendimiento
dador todo es posible con voluntad y disciplina. La natación es el mejor deporte, el más saludable”.